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Las vías de llegada de la habanera a la Península

En España, las canciones de moda de la colonia cubana se introdujeron por el puerto de Cádiz, el cual tuvo el monopolio del comercio americano hasta finales del siglo XVIII, pero también por otras zonas del levante peninsular (Torrevieja, Crevillente…), de la costa cantábrica (La Coruña, Bilbao, Luanco, San Vicente de la Barquera…) y también  a través del Canal de Castilla a tierras interiores de Castilla donde hoy se celebra , en la localidad de Mayorga de Campos, un reconocido Trovada de Habaneras.

Según el etnógrafo Joaquín Díaz, la habanera se difundió por la península a través de tres vías: los pliegos de caña y cordel, la vía popular y la vía culta de la zarzuela. Los copleros ambulantes eran los portadores de la primera vía de difusión, los pliegos de caña y cordel, donde se narraban hechos fantásticos y donde se recogían romances antiguos y canciones de moda. Las canciones eran interpretadas por ciegos que los ponían a la venta colgados de un cordel en mercados y plazas públicas gracias al privilegio real que poseían. La segunda vía era aquella protagonizada por los músicos tanto en los bailes rurales como en los de salón. La última vía es la zarzuela, un teatro musical que disfrutó de gran popularidad y difusión antes de la aparición de las modernas formas de entretenimiento como fueron la radio o el deporte en los últimos años del siglo XIX. Las zarzuelas incluían escenas donde los protagonistas cantaban habaneras, entre otras composiciones de moda en la época, tales como valses, mazurcas, boleros o chotis.